Vivimos en una isla que requiere la mayoría de nosotros viajar en coche (en comparación con el transporte público). Se trata de una “cultura de conducción” que a veces hace caso omiso de los derechos de los peatones. Por el contrario, para los que viven en Manhattan o Brooklyn, los conductores son conscientes de la santidad del paso de peatones. Los peatones tienen que darse cuenta como el que atraviesan nuestras calles. Se recomienda que un peatón tratar de hacer contacto visual con los conductores, o tal vez levantar la mano cuando cruzan la calle. De hecho, me llevo un chaleco de color naranja brillante en la mano mientras camino mi perro cada mañana y noche. Trato de hacerme obvia cuando veo un coche me acercando. Recientemente estaba retenido por una mujer que estaba cruzando en un paso de peatones con la luz verde en su favor; a pesar de la realización de todas las precauciones, fue atropellada por un conductor que indiqué “No vi (mi cliente).” Esta es una frase común con los conductores Island. todo lo que necesitamos para hacernos plenamente conscientes del hecho de que somos una comunidad cada vez mayor y que somos peatones en nuestras calles.